La domótica se inicia a comienzos de la década del ’70, cuando aparecieron los primeros dispositivos de automatización en edificios, a base de prueba piloto.
Pero fue en la década
del ‘80 cuando los sistemas integrados se utilizaron a nivel comercial, para
luego desarrollarse en el aspecto doméstico de las casas urbanas.
Allí es cuando la domótica consigue
integrar dos sistemas (el eléctrico y el electrónico) en pos de la comunicación
integral de los dispositivos del hogar.
El desarrollo de la tecnología
informática permite la expansión del sistema, sobre todo en países de
vanguardia como Estados Unidos, Alemania y Japón.
Acorde a los cambios, el
auge de la informática hogareña permite incorporar en los edificios el Sistema
de Cableado Estructurado (SCE), que facilita la conexión de terminales y redes.
Así, estos edificios reciben el nombre de “inteligentes”, por su automatismo al
servicio del propietario.
El boom de estas
rascacielos de oficinas comerciales fue de gran impacto. La domótica permitía lograr
una eficiencia inédita para el servicio de dispositivos.
El primer programa que
utilizó la domótica fue el Save. Creado en Estados Unidos en 1984, permite
lograr eficiencia y bajo consumo de energía en los sistemas de control de
edificios inteligentes.
Estas instalaciones
regían bajo el sistema X-10, protocolo de comunicaciones que opera a través del
accionar de un control remoto. Desarrollado en 1976 por Pico Electronics
(Escocia), sigue siendo la tecnología más utilizada dentro de la domótica. Al transmitir
datos por líneas de baja tensión, la relación costo-beneficio sigue siendo la
mejor opción en el rubro.
Implantada desde hace
más de treinta años, la domótica ha progresado a gran escala desde que se
desarrollaron las redes informáticas de comunicación, ya sea por sistema
cableado o vía Wi-Fi.
El avance tecnológico
vino a suplir las falencias de los comienzos, ya que permite integrar de manera
eficiente todos los dispositivos tecnológicos de una casa. Con el fin de la
década del ’80 las tecnológicas de un comienzo, destinadas a fines comerciales,
comienzan a llegar a los hogares.
Irrumpe la era de la TIC
(la tecnología de informática y comunicaciones), que posibilita entender una
forma más realista de comprender la instalación domótica en casa.
En la actualidad hay una
oferta consolidada en torno a los servicios de domótica. Nuevos protocolos
permiten un desarrollo que en un principio era impensado.
Sistemas de desarrollo
2.0 como el ZigBee permiten conformar un protocolo inalámbrico de comunicación
domótica. Al requerir una baja tasa de envío de datos, es en la actualidad uno
de los protocolos más requeridos para las casas “inteligentes”, ya sea en
sensores de movimiento, detectores de humo y otras funciones de seguridad en el
hogar.
Con la domótica aplicada
a la automatización hogareña se mejora en seguridad, confort y ahorro
energético, aspectos muy observados por los poseedores de estos sistemas. La
llegada de Internet a gran velocidad provocó un giro favorable para su
desarrollo. En los últimos años el mercado de
ofertas se ha extendido, permitiendo encontrar diversas variantes de equipos
domésticos de integración domótica, como es el caso del EIB, que es un
conductor eléctrico que ayuda a optimizar los distintos sistemas de seguridad y
funcionalidad que componen una casa. Este protocolo se utiliza en buena
cantidad de casas inteligentes de Europa Central.
No hay comentarios:
Publicar un comentario